lunes, 23 de abril de 2018

domingo, 18 de febrero de 2018

ACTIVIDADES POESÍA CULTA MEDIEVAL

Buenas mozos, ya hemos trabajado la poesía de cancionero y hemos visto las características del amor cortés. Vamos a trabajar estos cuatro textos de forma muy sencilla. Lee y disfruta tranquilamente cada uno de ellos y contesta a las preguntas.

1. Quien de vos...
Quien de vos merçed espera,
señora, nin bien atiende,
¡ay qué poco se le entiende!
Yo vos serví lealmente
con muy presta voluntad,   
e nunca fallé piedad
en vos, nin buen continente;
antes vuestra crueldad
me faze ser padesçiente:
¡guay de quien con vos contiende!   
Tanta es vuestra beldad
que partir non me consiente
de servir con lealtad
a vos, señora exçelente.
Sed ya, por vuestra bondad,   
gradesçida e conviniente,
ca mi vida se despiende.
                                       Marqués de Santillana.
a) Explica el contenido del poema.
b) ¿Qué rasgos del amor cortés podemos identificar en este texto?

2. Cuando no os veo
Con dos cuidados guerreo
que me dan pena y suspiro:
el uno, cuando n’os veo;
el otro, cuando vos miro.
Mirand’os, d’amores muero 5
sin me poder remediar;
n’os mirando, desespero
por tornaros a mirar.
Lo uno crece en suspiro,
lo otro causa deseo, 10
del que peno cuand’os miro
y muero cuando n’os veo.
                                       Vizconde de Altamira
a) Explica el contenido del poema
b) Sobre que recurso literario se construye este poema.
c) ¿Qué rasgos del amor cortés podemos identificar en este texto?

3. Como el que en hierros ha estado
Como el que en hierros ha estado,
y después se vee suelto,
y se halla tan atado
para andar, que aprisionado
estaba más desenvuelto; 5
así yo, que os he mirado,
soy tan vuestro, tan no mío,
tan sujeto a os adorar,
que aunque me fuese tornado
mi libre, franco albedrío, 10
no podrié libre quedar.
                                   Garci Sánchez de Badajoz
a) Explica el contenido del poema
b) ¿Qué rasgos del amor cortés podemos identificar en este texto?

4. A Fortuna
¿Pues cómo, Fortuna, regir todas cosas
con ley absoluta sin orden te plaze?
¡Tú non farías lo que’el cielo faze,
e fazen los tiempos, las plantas e rosas!
O muestra tus obras ser siempre dañosas, 5
o prósperas, buenas, durables, eternas:
Non nos fatigues con vezes alternas,
alegres ahora y ahora enojosas.
                                                Juan de Mena
a) ¿Cual es el tema de este poema? ¿Qué diferencia encuentras con los anteriores?
b) ¿Qué diferencia encontramos entre la métrica de este poema y la de los anteriores?

jueves, 1 de febrero de 2018

ACTIVIDADES CANTAR MIO CID

Después de la lectura de los siguientes textos contesta las preguntas planteadas:
La cobardía de los infantes
—Favor os pido, señor,   por amor de caridad:
la queja mayor que tengo   no se me puede olvidar.
Oídme los de la corte,   y a todos duela mi mal:
los infantes de Carrión   me hicieron afrenta tal,
que a menos de que los rete,   no los puedo yo dejar.
5
Decidme, ¿qué hice a vosotros,   los infantes de Carrión
o en las burlas o en las veras   o en cualquier otra ocasión?
Cuenta a la corte daría   para su satisfacción.
¿Por qué así me desgarrasteis   las telas del corazón?
Cuando os fuisteis de Valencia   a mis hijas os di yo.
10
Os las di con muy gran honra   y una rica donación.
Y si es que no las queríais,   perros traidores los dos,
¿qué es lo que os iba en sacarlas,    de Valencia, donde honor
nos daban, y por qué herirlas   con cincha y con espolón?
En el robledal de Corpes   solas dejasteis las dos
15
a las bestias fieras y aves   del monte, sin salvación.
Por cuanto allí les hicisteis,   os infamasteis los dos.
Que la corte así lo vea,   si respuesta no dais, no. […]
Allí Fernando González   entonces se levantó:
a todos con altas voces   oiréis lo que les habló:
20
—Somos de linaje ilustre   de los condes de Carrión;
hemos de casar con hijas   de rey o de emperador,
y no nos pertenecían   las hijas de un infanzón.
Por derecho, pues, lo hicimos   si dejamos a las dos.
Más nos preciamos por esto,   sabed vos, que menos, no. 
25
Mirando a Pedro Bermúdez   don Rodrigo entonces habla:
—Pedro, que te llaman Mudo,   habla tú, que siempre callas.
Si las tengo yo por hijas,   de ti son primas hermanas,
que aunque lo digan por mí,   de rechazo a ti te alcanza.
Mira que si yo respondo,    no cogerás tú las armas.
30
Entonces Pedro Bermúdez   comienza a hacer por hablar;
se le traba allí la lengua,   que no se puede expresar,
mas sabed que no la para   cuando consigue empezar: […]
—Mientes tú, Fernando, mientes   en cuanto acabas de hablar.
Gracias al Campeador   tú valiste mucho más.
35
Todas tus mañas torcidas   yo te las sabré contar.
Recuerda cuando en Valencia   fuimos al campo a luchar.
Pediste empezar la lid   al Campeador leal
y cuando tú viste a un moro,   fuiste con él a probar;
saliste de allí corriendo   al querérsete arrimar.
40
Si al punto no te ayudase,   lo habrías pasado mal;
atrás hube de dejarte   para en vez de ti luchar;
a los primeros encuentros   pude al moro derrotar.
Entonces te di el caballo   y callé la indignidad.
A nadie lo descubrí,   sino aquí, en este lugar.
45
Ante el Cid y los otros   bien te pudiste alabar
que tú mataras al moro   en una hazaña sin par.
Eso te creyeron todos,   pues no saben la verdad.
Muy gentil y apuesto eres,   y estás hecho un buen truhán.
Si tú eres lengua sin manos,  ¿cómo te atreves a hablar?
50
Dime tú, Fernando, dime,   y otórgame esta razón;
¿de Valencia no te acuerdas   de aquello, lo del león,
cuando nuestro Cid dormía,   y aquel león se escapó?
¿No te acuerdas, tú, Fernando,   qué hiciste con el temor?
¡Meterte bajo el escaño   del Cid, el Campeador!
55
Te escondiste tú, Fernando,   de menos valer eres hoy.
Cercamos allí el escaño,   por guardar nuestro señor
hasta que despertó el Cid,   el que Valencia ganó.
Levantose del escaño,   fuese allí para el león;
el león bajó la cabeza   y a nuestro Cid esperó;
60
dejose coger del cuello   y en la jaula lo metió.
El buen Cid Campeador,   cuando de esto se volvió,
vio que todos sus vasallos   estaban alrededor;
preguntó por sus dos yernos   y a ninguno se encontró.
A ti reto yo en combate   por ser malo y por traidor.
PREGUNTAS: 
1. ¿En qué situación se hallan los personajes? Sitúa el episodio dentro de la estructura y el desarrollo argumental de la obra.
2. ¿Quién habla en la primera tirada? ¿A quién se dirige?
3. ¿A que dos episodios alude Pedro Bermúdez?  ¿Qué rasgos del carácter de los infantes pone de relieve?
4. ¿Qué características de la personalidad del Cid vemos en este fragmento? 

TEXTO 2
Por el robledal de Corpes   entran los de Carrión.
Nubes y ramas se juntan.   ¡Cuán altos los montes son!
Rondaban bestias muy fieras   por el monte, alrededor.
Cerca de una limpia fuente   un vergel allí creció;
mandaron alzar la tienda   los infantes de Carrión.              5                 
Con el bagaje que llevan,   duermen en esta ocasión.
En brazos de sus mujeres   les demostraron su amor.
¡Qué mal luego lo cumplieron   a la salida del sol! […]
Todos los demás se han ido   ellos cuatro solos son,
¡cuánto mal imaginaron   los infantes de Carrión!               10
—Tenedlo así por muy cierto,   doña Elvira y doña Sol,
Aquí os escarneceremos    en este fiero rincón
y nosotros nos iremos;   quedaréis aquí las dos.
Ninguna parte tendréis   de las tierras de Carrión.
Estas noticias irán   a ese Cid Campeador.                          15
Ahora nos vengaremos   por la afrenta del león.
Allí las pieles y mantos    quitáronles a las dos;
solo camisas de seda   sobre el cuerpo les quedó.
Espuelas tienen calzadas   los traidores de Carrión;
en sus manos cogen cinchas,   muy fuertes y duras son.     20
Cuando esto vieron las dueñas,   les hablaba doña Sol:
—¡Ay don Diego y don Fernando!   Esto os rogamos, por Dios:
ya que tenéis dos espadas,   que tan cortadoras son,
(a la una dicen Colada   y a la otra llaman Tizón)
nuestras cabezas cortad;   dadnos martirio a las dos. […]      25
Lo que pedían las dueñas,   de nada allí les sirvió.
Comienzan a golpearlas   los infantes de Carrión;
con las cinchas corredizas   las azotan con rigor;
con las espuelas agudas   les causan un gran dolor;
les rasgaron las camisas   y las carnes a las dos;                    30
allí las telas de seda   limpia sangre las manchó;
bien que lo sentían ellas   en su mismo corazón.
¡Qué ventura sería esta,   si así lo quisiera Dios,
que apareciese allí entonces   nuestro Cid Campeador!
¡Tanto allí las azotaron!   Sin fuerzas quedan las dos:              35
sangre mancha las camisas   y los mantos de primor.
Cansados están de herirlas   los infantes de Carrión.
Prueban una y otra vez   quién las azota mejor.
Ya no podían ni hablar   doña Elvira y doña Sol.
En el robledo de Corpes   por muertas quedan las dos.


PREGUNTAS
1. Describe el espacio en el que se desarrolla la acción e indica qué tópico literario aparece en el verso 4.
2. ¿Qué función tiene la alusión a «bestias muy fieras» en el verso 3?
3. Caracteriza a los personajes mencionados en el texto.
4. Señala el verso en que el narrador anticipa lo que va a ocurrir. ¿Cómo se denomina esta técnica narrativa?