Buenas mozos, ya hemos trabajado la poesía de cancionero y hemos visto las características del amor cortés. Vamos a trabajar estos cuatro textos de forma muy sencilla. Lee y disfruta tranquilamente cada uno de ellos y contesta a las preguntas.
1. Quien de vos...
Quien de vos merçed espera,
señora, nin bien atiende,
¡ay qué poco se le entiende!
Yo vos serví lealmente
con muy presta voluntad,
e nunca fallé piedad
en vos, nin buen continente;
antes vuestra crueldad
me faze ser padesçiente:
¡guay de quien con vos contiende!
Tanta es vuestra beldad
que partir non me consiente
de servir con lealtad
a vos, señora exçelente.
Sed ya, por vuestra bondad,
gradesçida e conviniente,
ca mi vida se despiende.
Marqués de Santillana.
a) Explica el contenido del poema.
b) ¿Qué rasgos del amor cortés podemos identificar en este texto?
2. Cuando no os veo
Con dos cuidados guerreo
que me dan pena y suspiro:
el uno, cuando n’os veo;
el otro, cuando vos miro.
Mirand’os, d’amores muero 5
sin me poder remediar;
n’os mirando, desespero
por tornaros a mirar.
Lo uno crece en suspiro,
lo otro causa deseo, 10
del que peno cuand’os miro
y muero cuando n’os veo.
Vizconde de Altamira
a) Explica el contenido del poema
b) Sobre que recurso literario se construye este poema.
c) ¿Qué rasgos del amor cortés podemos identificar en este texto?
3. Como el que en hierros ha estado
Como el que en hierros ha estado,
y después se vee suelto,
y se halla tan atado
para andar, que aprisionado
estaba más desenvuelto; 5
así yo, que os he mirado,
soy tan vuestro, tan no mío,
tan sujeto a os adorar,
que aunque me fuese tornado
mi libre, franco albedrío, 10
no podrié libre quedar.
Garci Sánchez de Badajoz
a) Explica el contenido del poema
b) ¿Qué rasgos del amor cortés podemos identificar en este texto?
4. A Fortuna
¿Pues cómo, Fortuna, regir todas cosas
con ley absoluta sin orden te plaze?
¡Tú non farías lo que’el cielo faze,
e fazen los tiempos, las plantas e rosas!
O muestra tus obras ser siempre dañosas, 5
o prósperas, buenas, durables, eternas:
Non nos fatigues con vezes alternas,
alegres ahora y ahora enojosas.
Juan de Mena
a) ¿Cual es el tema de este poema? ¿Qué diferencia encuentras con los anteriores?
b) ¿Qué diferencia encontramos entre la métrica de este poema y la de los anteriores?
domingo, 18 de febrero de 2018
jueves, 1 de febrero de 2018
ACTIVIDADES CANTAR MIO CID
Después de la lectura de los siguientes textos contesta las preguntas planteadas:
PREGUNTAS:
1. ¿En qué situación se hallan los personajes? Sitúa el episodio dentro de la estructura y el desarrollo argumental de la obra.
2. ¿Quién habla en la primera tirada? ¿A quién se dirige?
3. ¿A que dos episodios alude Pedro Bermúdez? ¿Qué rasgos del carácter de los infantes pone de relieve?
4. ¿Qué características de la personalidad del Cid vemos en este fragmento?
TEXTO 2
Por el robledal de Corpes entran los de Carrión.
Nubes y ramas se juntan. ¡Cuán altos los montes son!
Rondaban bestias muy fieras por el monte, alrededor.
Cerca de una limpia fuente un vergel allí creció;
mandaron alzar la tienda los infantes de Carrión. 5
Con el bagaje que llevan, duermen en esta ocasión.
En brazos de sus mujeres les demostraron su amor.
¡Qué mal luego lo cumplieron a la salida del sol! […]
Todos los demás se han ido ellos cuatro solos son,
¡cuánto mal imaginaron los infantes de Carrión! 10
—Tenedlo así por muy cierto, doña Elvira y doña Sol,
Aquí os escarneceremos en este fiero rincón
y nosotros nos iremos; quedaréis aquí las dos.
Ninguna parte tendréis de las tierras de Carrión.
Estas noticias irán a ese Cid Campeador. 15
Ahora nos vengaremos por la afrenta del león.
Allí las pieles y mantos quitáronles a las dos;
solo camisas de seda sobre el cuerpo les quedó.
Espuelas tienen calzadas los traidores de Carrión;
en sus manos cogen cinchas, muy fuertes y duras son. 20
Cuando esto vieron las dueñas, les hablaba doña Sol:
—¡Ay don Diego y don Fernando! Esto os rogamos, por Dios:
ya que tenéis dos espadas, que tan cortadoras son,
(a la una dicen Colada y a la otra llaman Tizón)
nuestras cabezas cortad; dadnos martirio a las dos. […] 25
Lo que pedían las dueñas, de nada allí les sirvió.
Comienzan a golpearlas los infantes de Carrión;
con las cinchas corredizas las azotan con rigor;
con las espuelas agudas les causan un gran dolor;
les rasgaron las camisas y las carnes a las dos; 30
allí las telas de seda limpia sangre las manchó;
bien que lo sentían ellas en su mismo corazón.
¡Qué ventura sería esta, si así lo quisiera Dios,
que apareciese allí entonces nuestro Cid Campeador!
¡Tanto allí las azotaron! Sin fuerzas quedan las dos: 35
sangre mancha las camisas y los mantos de primor.
Cansados están de herirlas los infantes de Carrión.
Prueban una y otra vez quién las azota mejor.
Ya no podían ni hablar doña Elvira y doña Sol.
En el robledo de Corpes por muertas quedan las dos.
PREGUNTAS
1. Describe el espacio en el que se desarrolla la acción e indica qué tópico literario aparece en el verso 4.
2. ¿Qué función tiene la alusión a «bestias muy fieras» en el verso 3?
3. Caracteriza a los personajes mencionados en el texto.
4. Señala el verso en que el narrador anticipa lo que va a ocurrir. ¿Cómo se denomina esta técnica narrativa?
La cobardía de los infantes
| |
—Favor os pido, señor, por amor de caridad:
| |
la queja mayor que tengo no se me puede olvidar.
| |
Oídme los de la corte, y a todos duela mi mal:
| |
los infantes de Carrión me hicieron afrenta tal,
| |
que a menos de que los rete, no los puedo yo dejar.
|
5
|
Decidme, ¿qué hice a vosotros, los infantes de Carrión
| |
o en las burlas o en las veras o en cualquier otra ocasión?
| |
Cuenta a la corte daría para su satisfacción.
| |
¿Por qué así me desgarrasteis las telas del corazón?
| |
Cuando os fuisteis de Valencia a mis hijas os di yo.
|
10
|
Os las di con muy gran honra y una rica donación.
| |
Y si es que no las queríais, perros traidores los dos,
| |
¿qué es lo que os iba en sacarlas, de Valencia, donde honor
| |
nos daban, y por qué herirlas con cincha y con espolón?
| |
En el robledal de Corpes solas dejasteis las dos
|
15
|
a las bestias fieras y aves del monte, sin salvación.
| |
Por cuanto allí les hicisteis, os infamasteis los dos.
| |
Que la corte así lo vea, si respuesta no dais, no. […]
| |
Allí Fernando González entonces se levantó:
| |
a todos con altas voces oiréis lo que les habló:
|
20
|
—Somos de linaje ilustre de los condes de Carrión;
| |
hemos de casar con hijas de rey o de emperador,
| |
y no nos pertenecían las hijas de un infanzón.
| |
Por derecho, pues, lo hicimos si dejamos a las dos.
| |
Más nos preciamos por esto, sabed vos, que menos, no.
|
25
|
Mirando a Pedro Bermúdez don Rodrigo entonces habla:
| |
—Pedro, que te llaman Mudo, habla tú, que siempre callas.
| |
Si las tengo yo por hijas, de ti son primas hermanas,
| |
que aunque lo digan por mí, de rechazo a ti te alcanza.
| |
Mira que si yo respondo, no cogerás tú las armas.
|
30
|
Entonces Pedro Bermúdez comienza a hacer por hablar;
| |
se le traba allí la lengua, que no se puede expresar,
| |
mas sabed que no la para cuando consigue empezar: […]
| |
—Mientes tú, Fernando, mientes en cuanto acabas de hablar.
| |
Gracias al Campeador tú valiste mucho más.
|
35
|
Todas tus mañas torcidas yo te las sabré contar.
| |
Recuerda cuando en Valencia fuimos al campo a luchar.
| |
Pediste empezar la lid al Campeador leal
| |
y cuando tú viste a un moro, fuiste con él a probar;
| |
saliste de allí corriendo al querérsete arrimar.
|
40
|
Si al punto no te ayudase, lo habrías pasado mal;
| |
atrás hube de dejarte para en vez de ti luchar;
| |
a los primeros encuentros pude al moro derrotar.
| |
Entonces te di el caballo y callé la indignidad.
| |
A nadie lo descubrí, sino aquí, en este lugar.
|
45
|
Ante el Cid y los otros bien te pudiste alabar
| |
que tú mataras al moro en una hazaña sin par.
| |
Eso te creyeron todos, pues no saben la verdad.
| |
Muy gentil y apuesto eres, y estás hecho un buen truhán.
| |
Si tú eres lengua sin manos, ¿cómo te atreves a hablar?
|
50
|
Dime tú, Fernando, dime, y otórgame esta razón;
| |
¿de Valencia no te acuerdas de aquello, lo del león,
| |
cuando nuestro Cid dormía, y aquel león se escapó?
| |
¿No te acuerdas, tú, Fernando, qué hiciste con el temor?
| |
¡Meterte bajo el escaño del Cid, el Campeador!
|
55
|
Te escondiste tú, Fernando, de menos valer eres hoy.
| |
Cercamos allí el escaño, por guardar nuestro señor
| |
hasta que despertó el Cid, el que Valencia ganó.
| |
Levantose del escaño, fuese allí para el león;
| |
el león bajó la cabeza y a nuestro Cid esperó;
|
60
|
dejose coger del cuello y en la jaula lo metió.
| |
El buen Cid Campeador, cuando de esto se volvió,
| |
vio que todos sus vasallos estaban alrededor;
| |
preguntó por sus dos yernos y a ninguno se encontró.
| |
A ti reto yo en combate por ser malo y por traidor.
|
1. ¿En qué situación se hallan los personajes? Sitúa el episodio dentro de la estructura y el desarrollo argumental de la obra.
2. ¿Quién habla en la primera tirada? ¿A quién se dirige?
3. ¿A que dos episodios alude Pedro Bermúdez? ¿Qué rasgos del carácter de los infantes pone de relieve?
4. ¿Qué características de la personalidad del Cid vemos en este fragmento?
TEXTO 2
Por el robledal de Corpes entran los de Carrión.
Nubes y ramas se juntan. ¡Cuán altos los montes son!
Rondaban bestias muy fieras por el monte, alrededor.
Cerca de una limpia fuente un vergel allí creció;
mandaron alzar la tienda los infantes de Carrión. 5
Con el bagaje que llevan, duermen en esta ocasión.
En brazos de sus mujeres les demostraron su amor.
¡Qué mal luego lo cumplieron a la salida del sol! […]
Todos los demás se han ido ellos cuatro solos son,
¡cuánto mal imaginaron los infantes de Carrión! 10
—Tenedlo así por muy cierto, doña Elvira y doña Sol,
Aquí os escarneceremos en este fiero rincón
y nosotros nos iremos; quedaréis aquí las dos.
Ninguna parte tendréis de las tierras de Carrión.
Estas noticias irán a ese Cid Campeador. 15
Ahora nos vengaremos por la afrenta del león.
Allí las pieles y mantos quitáronles a las dos;
solo camisas de seda sobre el cuerpo les quedó.
Espuelas tienen calzadas los traidores de Carrión;
en sus manos cogen cinchas, muy fuertes y duras son. 20
Cuando esto vieron las dueñas, les hablaba doña Sol:
—¡Ay don Diego y don Fernando! Esto os rogamos, por Dios:
ya que tenéis dos espadas, que tan cortadoras son,
(a la una dicen Colada y a la otra llaman Tizón)
nuestras cabezas cortad; dadnos martirio a las dos. […] 25
Lo que pedían las dueñas, de nada allí les sirvió.
Comienzan a golpearlas los infantes de Carrión;
con las cinchas corredizas las azotan con rigor;
con las espuelas agudas les causan un gran dolor;
les rasgaron las camisas y las carnes a las dos; 30
allí las telas de seda limpia sangre las manchó;
bien que lo sentían ellas en su mismo corazón.
¡Qué ventura sería esta, si así lo quisiera Dios,
que apareciese allí entonces nuestro Cid Campeador!
¡Tanto allí las azotaron! Sin fuerzas quedan las dos: 35
sangre mancha las camisas y los mantos de primor.
Cansados están de herirlas los infantes de Carrión.
Prueban una y otra vez quién las azota mejor.
Ya no podían ni hablar doña Elvira y doña Sol.
En el robledo de Corpes por muertas quedan las dos.
PREGUNTAS
1. Describe el espacio en el que se desarrolla la acción e indica qué tópico literario aparece en el verso 4.
2. ¿Qué función tiene la alusión a «bestias muy fieras» en el verso 3?
3. Caracteriza a los personajes mencionados en el texto.
4. Señala el verso en que el narrador anticipa lo que va a ocurrir. ¿Cómo se denomina esta técnica narrativa?
Suscribirse a:
Entradas (Atom)